lunes, 17 de agosto de 2015

TLR II

Todos los compañeros que faltaron de entregar su tema y borrador, aún pueden enviarlo a la dirección de correo: area.comunicacion6@gmail.com El horario se cierra a las 17 horas (5 p.m = 5 de la tarde) del día de hoy.
A todo el grupo, busquen y lean los siguientes textos para mañana:
1. La continuidad de los parques, de Julio Cortázar <http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cortazar/continuidad_de_los_parques.htm>
2. La gallina degollada, de Horacio Quiroga <http://www.literatura.us/quiroga/gallina.html>
3. Rima I, XII, XXX y LIII, de Gustavo Adolfo Bequer <http://www.los-poetas.com/a/beq1.htm>
4. Bodas de sangre (siguiente fragmento), de Federico García Lorca <http://www.vicentellop.com/TEXTOS/lorca/bodasdesangre.pdf>:


BODAS DE SANGRE 1933
Poema trágico en tres actos y siete cuadros

Personajes:
Madre
Criada
Leonardo
Mozos
Novia
Vecina
Novio
Leñadores
Suegra
Muchachas
Padre de la novia
Mozos
Mujer de Leonardo
Luna
Muerte

Acto primero CUADRO PRIMERO Habitación pintada de amarillo.
Novio:(Entrando) Madre.
Madre: ¿Que?
Novio: Me voy.
Madre: ¿Adónde?
Novio: A la viña. (Va a salir)
Madre: Espera.
Novio: ¿Quieres algo?
Madre: Hijo, el almuerzo.
Novio: Déjalo. Comeré uvas. Dame la navaja.
Madre: ¿Para qué?
Novio:(Riendo) Para cortarlas.
Madre: (Entre dientes y buscándola) La navaja, la navaja... Malditas sean todas y el bribón que las inventó.
Novio: Vamos a otro asunto.
Madre: Y las escopetas, y las pistolas, y el cuchillo más pequeño, y hasta las azadas y los bieldos de la era.
Novio: Bueno.
Madre: Todo lo que puede cortar el cuerpo de un hombre. Un hombre hermoso, con su flor en la boca, que sale a las viñas o va a sus olivos propios, porque son de él, heredados...
Novio: (Bajando la cabeza) Calle usted.
Madre: ... y ese hombre no vuelve. O si vuelve es para ponerle una palma encima o un plato de sal gorda para que no se hinche. No sé cómo te atreves a llevar una navaja en tu cuerpo, ni cómo yo dejo a la serpiente dentro del arcón.
Novio: ¿Está bueno ya?
Madre: Cien años que yo viviera no hablaría de otra cosa. Primero, tu padre, que me olía a clavel y lo disfruté tres años escasos. Luego, tu hermano. ¿Y es justo y puede ser que una cosa pequeña como una pistola o una navaja pueda acabar con un hombre, que es un toro? No callaría nunca. Pasan los meses y la desesperación me pica en los ojos y hasta en las puntas del pelo.
FIN DEL FRAGMENTO

Otra vez a todos, les recuerdo que deben comenzar o continuar con la lectura del libro "Como agua para chocolate". Saludos.

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